
Barbora Krejcikova lanzó un beso al cielo inmediatamente después de celebrar con los brazos en alto su victoria en la final de Wimbledon. La checa de 28 años y 32ª del mundo se acordó en ese instante de su compatriota y mentora Jana Novotna, fallecida por culpa de un cáncer en 2017, que fue campeona del torneo en 1998.